No, no es éste un nuevo blog que pretenda competir con el de Ana desde Benicàssim (esa competencia requeriría de ímprobos esfuerzos y, a buen seguro, aun con esfuerzo y dedicación, no lograríamos hacer nuestro blog más atractivo e interesante que el suyo).
Lo de las voces griegas (y latinas) se explica a continuación.
Hemos comenzado un nuevo curso. Hemos tenido un junio, un julio y un septiembre de mucho trabajo, pero, por fin, llegan los meses de actividad ¿normal?, en los que hay que afrontar el día a día, sin agobios ni premuras, ni cálculos, ni carreras, ni confecciones de listas o calendarios, ni casillas de horarios o asignaciones departamentales.
Lo de las voces griegas (y latinas) se explica a continuación.
Hemos comenzado un nuevo curso. Hemos tenido un junio, un julio y un septiembre de mucho trabajo, pero, por fin, llegan los meses de actividad ¿normal?, en los que hay que afrontar el día a día, sin agobios ni premuras, ni cálculos, ni carreras, ni confecciones de listas o calendarios, ni casillas de horarios o asignaciones departamentales.
Lo que sí hemos de aplicar es el tacto, la escucha activa, la paciencia, la serenidad de ánimo, la empatía, como siempre, por otra parte. En el contacto con los alumnos y los compañeros profesores hay que tener grandes dosis de estas “virtudes”, ninguna de ella innata en el ser humano y, por tanto, todas ellas adquiribles, susceptibles de ser aprendidas, practicadas, ejercitadas, mejoradas y perfeccionadas.
Cada día estoy más convencido de la complejidad del alma humana, de la diversidad de los caracteres, de la importancia de saber comunicarse, relacionarse y empatizar con el otro, de la necesidad de la amistad. Algo muy difícil, porque siempre hay personas que nos “sacan de las casillas” o con las cuales la relación se hace especialmente compleja y espesa. En la otra parte de la balanza, hay personas que nos apoyan, nos dan fuerzas, nos aconsejan, nos valoran, nos suben la autoestima y con las que siempre podemos contar; es a ellas a las que podemos llamar amigos.
En cuanto a las relaciones personales, si al carácter de los demás, unimos la idiosincrasia del nuestro, muchas veces, opuesto y siempre distinto, la dificultad para que éstas discurran por el cauce del entendimiento absoluto y perenne es mayor.
Determinadas situaciones vitales exigen de nosotros un mayor contacto con nuestros semejantes, o una relación distinta a la que, hasta cierto momento, manteníamos y es entonces cuando tenemos que usar con mayor asiduidad y delicadeza esas “virtudes” mencionadas y cuando tenemos que reflexionar sobre los distintos caracteres o personalidades, especialmente la nuestra para tratar de hacerla más asequible y abierta a los demás.
Especialmente con los alumnos, la necesidad de empatizar en los tiempos que corren es esencial Con ellos tendremos que sacar el mayor rendimiento de nuestras destrezas comunicativas y relacionales.
Esas cavilaciones o reflexiones sobre las relaciones interpersonales me han traído a la mente frases, fragmentos u obras de autores clásicos griegos y latinos relacionadas, de alguna forma, con lo que he comentado y que ahora quiero compartir con quienes se acerquen a leer las aportaciones que escribo en este “blog”. Son reflexiones sobre la condición humana, sobre la postura ante las dificultades, la elección de las amistades, las “virtudes” que debemos cultivar, etc.
Así que lo de voces griegas y latinas se refiere a las citas que a continuación ofreceré en una miscelánea que muchos, con razón, tildarán de caótica, y que no estará carente, en algún momento, como se verá, de cierto sentido del humor.
Cada día estoy más convencido de la complejidad del alma humana, de la diversidad de los caracteres, de la importancia de saber comunicarse, relacionarse y empatizar con el otro, de la necesidad de la amistad. Algo muy difícil, porque siempre hay personas que nos “sacan de las casillas” o con las cuales la relación se hace especialmente compleja y espesa. En la otra parte de la balanza, hay personas que nos apoyan, nos dan fuerzas, nos aconsejan, nos valoran, nos suben la autoestima y con las que siempre podemos contar; es a ellas a las que podemos llamar amigos.
En cuanto a las relaciones personales, si al carácter de los demás, unimos la idiosincrasia del nuestro, muchas veces, opuesto y siempre distinto, la dificultad para que éstas discurran por el cauce del entendimiento absoluto y perenne es mayor.
Determinadas situaciones vitales exigen de nosotros un mayor contacto con nuestros semejantes, o una relación distinta a la que, hasta cierto momento, manteníamos y es entonces cuando tenemos que usar con mayor asiduidad y delicadeza esas “virtudes” mencionadas y cuando tenemos que reflexionar sobre los distintos caracteres o personalidades, especialmente la nuestra para tratar de hacerla más asequible y abierta a los demás.
Especialmente con los alumnos, la necesidad de empatizar en los tiempos que corren es esencial Con ellos tendremos que sacar el mayor rendimiento de nuestras destrezas comunicativas y relacionales.
Esas cavilaciones o reflexiones sobre las relaciones interpersonales me han traído a la mente frases, fragmentos u obras de autores clásicos griegos y latinos relacionadas, de alguna forma, con lo que he comentado y que ahora quiero compartir con quienes se acerquen a leer las aportaciones que escribo en este “blog”. Son reflexiones sobre la condición humana, sobre la postura ante las dificultades, la elección de las amistades, las “virtudes” que debemos cultivar, etc.
Así que lo de voces griegas y latinas se refiere a las citas que a continuación ofreceré en una miscelánea que muchos, con razón, tildarán de caótica, y que no estará carente, en algún momento, como se verá, de cierto sentido del humor.