Iniciamos esta cuarta y última entrada de las que hemos dedicado a repasar las sentencias (γνῶμαι) que aparecen en el Áyax sofocleo.
Concluímos la anterior citando un texto antibelicista que aparece en el 4º estásimo de la tragedia.
Todas las que siguen se insertan en la éxodo de la obra, que va desde el verso 1223 al final, 1420. Hay tres partes diferenciadas en la éxodo: un primer enfrentamiento (ἀγών), hasta el verso 1315, entre Teucro y Agamenón, réplica del mantenido por el primero con Menelao, hermano de Agamenón, en el episodio 4º; un diálogo entre Agamenón y Odiseo (hasta el verso 1401), que durante 23 versos (1346-1369) adopta la forma de esticomitia, y la tercera, en que se disponen brevemente los preparativos del enterramiento de Áyax.
En el enfrentamiento entre Teucro y Agamenón, éste critica la insolencia y la arrogancia del primero; le recuerda que en la lucha por las armas de Aquiles, Áyax fue vencido por Odiseo, y no le parece bien que ahora Teucro adopte un tono insolente. Añade que no podría establecerse ninguna ley si los que con justicia han vencido son rechazados, y, en cambio, se promociona a los perdedores. En ese contexto aparece la siguiente sentencia (1250-1252):
No son los más seguros los hombres grandes y de anchas espaldas, sino que en todas partes vencen los que razonan prudentemente (= οὐ γὰρ οἱ πλατεῖς οὐδ' εὐρύνωτοι φῶτες ἀσφαλέστατοι, ἀλλ' οἱ φρονοῦσι εὖ κρατοῦσι πανταχοῦ).
En el mismo enfrentamiento, Teucro pronuncia una sentencia, por desgracia, muy vigente (1266-1267):
¡Cuán rápidamente se pierde para los mortales el agradecimiento al que ha muerto! (= τοῦ θανόντος ὡς ταχεῖά τις βροτοῖς χάρις διαρρεῖ). Con ella alude a las veces que Áyax defendió, lanza en ristre, al caudillo heleno, exponiendo incluso su vida.
En la segunda parte de la éxodo aparece Odiseo que viene a hablar en favor de Áyax y a conseguir de Agamenón el enterramiento de su cadáver, al que se opone el rey de Micenas. De la intervención de Odiseo destacamos dos sentencias. La primera nos recuerda el refrán valenciano: en dir les veritats s'acaben les amistats o en castellano: si dices las verdades, pierdes las amistades.
Odiseo, que se considera amigo de Agamenón, formula la sentencia en forma de pregunta (1328-1329):
¿Le es posible a un amigo decirte la verdad y seguir siendo tan amigo como antes? (= ἔξεστιν οὖν εἰπόντι τἀληθῆ φίλῳ σοί μηδὲν ἦσσον ἢ πάρος ξυνηρετεῖν).
Antes de la segunda frase odiseica aparecen dos sentencias en labios de Agamenón.La primera (1350) dirigida a sí mismo, cuando Odiseo le pide que no se recree en el mal ajeno. Agamenón responde: No es fácil que un tirano sea piadoso (= τόν τοι τύραννον εὐσεβεῖν οὐ ῥᾴδιον).
La segunda, en el verso 1352, es todo un ejemplo de cómo el noble debe obedecer. Ya Menelao (1075-1080) había defendido la idea del orden y la obediencia. Ahora Agamenón dice:
Es preciso que el hombre noble obedezca a los que tienen el poder (= κλύειν τὸν ἐσθλὸν ἄνδρα χρὴ τῶν ἐν τέλει).
La segunda frase de Odiseo hace referencia a cómo quienes eran nuestros aliados pueden convertirse en nuestros enemigos:
Ciertamente, muchos son amigos en un momento y después son enemigos (= ἢ κάρτα πολλοὶ νῦν φίλοι καὖθίς πικροί, donde la última palabra significa "duro, cruel, amargo, agrio").
El final de nuestro repaso de las sentencias del Áyax de Sófocles nos lleva al final mismo de la obra (1418-1420), donde el corifeo proclama:
Ciertamente que a los mortales les es posible conocer muchas cosas al verlas. Pero antes nadie es adivino de cómo serán las cosas futuras (= ἢ πολλὰ βροτοῖς ἔστιν ἰδοῦσιν γνῶναι. πρὶν ἰδεῖν δ' οὐδεὶς μάντις τῶν μελλόντων ὄ τι πράξει).
Hasta aquí nuestro repaso a las frases, que podemos considerar sentencias, en el Áyax de Sófocles. Como ya dijimos, no descartemos la posibilidad de realizar este mismo repaso con otras tragedias de Sófocles o de Eurípides.
Esperamos que muchas de ellas nos sean de aplicación en la vida o, al menos, nos lleven a la reflexión.
2 comentarios:
Tus reflexiones y la selección de ideas me han resutlado muy instructivas. Como dices, muchas de ellas son enseñanzas para la vida. Es una de las grandezas de los clásicos, los años no pasan por ellos, a diferencia de por los sufridos mortales, como tú y yo. Besos.
Me alegro, caritativa lectora y comentarista, de que hayas sacado algún provecho de estas aportaciones sofocleas, que no mías, modesto transcriptor de las mismas. Por mi parte, he reflexionado sobre algunas, de plena vigencia y que nos salen al encuentro en nuestra vida, y me han servido para disponer mi espíritu y mi mente ante futuros embates del destino.
Por otro lado, otras tres frases que aparecen en el evangelio proclamado hoy me han servido y me siguen sirviendo de mucho:
ἐπανάναγε εἰς τὸ βάθος.
μὴ φοβοῦ. ἀπὸ τοῦ νῦν ἀνθρώπους ἔσῃ ζωγρῶν
ἀφέντες πάντα ἠκολούθησαν αὐτῷ.
Gracias y sigue leyendo y comentando mis aportaciones. φιλήματα.
Publicar un comentario