martes, 31 de octubre de 2006

Basilio de Cesarea, o de cómo son compatibles la educación cristiana y los clásicos griegos


He estado estos días releyendo un precioso opúsculo de Basilio de Cesarea, A los jóvenes. Sobre el provecho de la literatura clásica.

Dentro de la patrística el testimonio más explícito a la vez que tolerante acerca del papel asignado a los textos profanos en la formación intelectual de los jóvenes cristianos es la obra que nos ocupa. En el Renacimento se vio en esta obra un elogio cristiano de la cultura clásica; la crítica moderna opina que su finalidad primordial es discernir, mediante los recursos de una vasta erudición clásica, una preparación evangélica, y más específicamente ascética, en la pedagogía humanística de los griegos. Quizás lo más aconsejable es un equilibrio entre ambas posturas: de la convergencia del componente de inspiración ascético-bíblica y del de carácter profano madura la capacidad de elección que Basilio desea inculcar en los jóvenes.

En cualquier caso parece innegable el convencimiento de Basilio de que los clásicos paganos deben ocupar un lugar en la educación cristiana, que éstos son recomendados por razones éticas, no estéticas ni científicas, y que, si son escogidos adecuadamente y enseñados con inteligencia, su influencia en la formación será beneficiosa y hasta necesaria. El ensayo A los jóvenes contribuyó a mantener la posición del griego clásico en el currículum escolar y universitario, inspirando la actitud liberal hacia estos textos que ha caracterizado a los más ilustres filólogos bizantinos.

El objetivo fundamental de Basilio coincide con el de Orígenes: consiste en formar en sus alumnos una conciencia crítica y una capacidad de libre elección.

Ahora sólo nos queda aportar unos fragmentos significativos de esta obrita.

A aquella vida (la eterna) conducen las Sagradas Escrituras que nos instruyen a través de los misterios. Pero en tanto que por razón de nuestra juventud no es posible entender la impenetrabilidad de los propósitos de éstas, nos vamos ejercitando entretanto con el ojo del alma con ayuda de los otros escritos, que no son enteramente diferentes, como con ciertas sombras y espejos, imitando a los que hacen ejercicios en las maniobras militares: ellos adquieren la experiencia con los ejercitamientos de sus manos y con los saltos, y en los combates disfrutan de la ganancia adquirida por esta instrucción. Y como nosotros estamos obligados a creer que nos ha sido prescrita una confrontación mayor que todas, por ella nos vemos impelidos a hacer cualquier cosa y a esforzarnos en lo posible en su preparación, y a familiarizarnos con los poetas y los prosistas, con los rétores y con todos los hombres en quienes pueda existir algún beneficio para el cuidado del alma.

Así pues, igual que los teñidores preparan primero con algunas aplicaciones aquello que va a recibir el tinte, y así le añaden luego el color, ya sea púrpura, ya algún otro, del mismo modo, efectivamente, si se quiere que en nosotros permanezca indeleble la doctrina del bien, nos iniciaremos también en estas doctrinas profanas, para prestar atención a continuación a los misterios de los saberes sagrados. Y acostumbrados por decirlo de algún modo a contemplar el sol en el agua, dirigiremos así nuestras miradas hacia la luz propiamente dicha.

Efectivamente, si existe una cierta afinidad entre una y otra doctrina, el conocimiento de ambas podría sernos provechoso; y si no existe, al establecer al menos paralelismos comprenderíamos sus diferencias, lo cual supone un no pequeño avance para la confirmación de cuál sea la mejor.

...

Por mi parte, yo, aunque alguien me hable de la ancianidad de Titono, de la de Argantonio, o de la de Matusalén, el más longevo de los nuestros de quien se dice que vivió novecientos setenta años, aunque compute todo el tiempo transcurrido desde la generación humana, lo tomaré a risa como si fuese una ocurrencia de críos, mientras fijo la mirada en la vida duradera y eterna, para la que no se puede concebir un fin, a menos que se suponga el final del alma inmortal.

Es para esa vida precisamente para la que yo os exhorto a adquirir las provisiones, removiendo, como dice el refrán, todas las piedras de las que pueda resultaros alguna utilidad con vistas a aquélla. Y porque la tarea sea ardua y precise esfuerzo no vamos a echarnos atrás, sino que traeremos a la memoria el consejo de aquel que aseguraba que el deber de cada uno es elegir por sí mismo la vida óptima y, con la esperanza de que la costumbre la haga grata, emprender lo mejor. Efectivamente, sería vergonzoso que dejásemos escapar la ocasión presente y nos lamentásemos más tarde del tiempo pasado, cuando ya de nada nos sirva atormentarnos.


Entre estos dos fragmentos Basilio examina los escritos de la literatura profana o ajena cuyo conocimiento podrá reportar utilidad para la vida espiritual, estableciendo la antítesis entre gracia divina y vanidad del mundo. En la segunda parte considera los comportamientos o ejemplos de la cultura y de la vida de los paganos dignos de elogio y su utilidad práctica para la adquisición de la virtud y se reafirma en la idea de que la experiencia propuesta por la cultura pagana encuentra su completa y perfecta realización en la enseñanza bíblica.

domingo, 29 de octubre de 2006

II Día Valenciano del Canto Coral

Hoy he asistido como espectador en el Auditorio y Palacio de Congresos de Castelló al II Día Valenciano del Canto Coral. Este acto ha sido organizado por la FECOCOVA.

He dicho como espectador, porque el año pasado, en la primera edición de este día, que se celebró en el Palau de la Música de Valencia, tuve la suerte de participar como coralista con mi coral, Vicent Ripollés, representando a la provincia de Castellón, junto a la coral Francisco Vallejos de Torrevieja y los Pequeños Cantores de Valencia.

En este 2006 han participado las siguientes agrupaciones:
Coral Ambrosio Cotes de Villena (Alicante) con Antonio Milán como director, el Orfeó Universitari de la Universitat Jaume I de Castelló, dirigido por Óscar Ventura, el Cor Polifònic "Ciutat de Xàtiva" de Valencia, que dirige Félix Vela y el Cor Jove de la Federació de Cors de la Comunitat Valenciana, preparado por Sergi Bosch.

El acto, además de significar un homenaje a la labor que llevan a cabo las diferentes agrupaciones corales de la Comunidad Valenciana, ha servido para rendir un sentido homenaje a la compositora castellonense, Matilde Salvador.

Autora prolífica, siempre ha sentido predilección por la voz humana, a la que considera el mejor instrumento, al tiempo que ha musicado textos de poetas valencianos o catalanes como Fuster, Casp, Espriu, Bernat Artola o Miquel Peris.

La ciudad de Castelló la ha nombrado Hija Predilecta y le ha dado su nombre a un instituto de educación secundaria.
Como no, la música de Matilde ha sonado hoy también en el Auditorio, ya que dos agrupaciones participantes han cantado obras suyas. La obra que ha servido como canto común y colofón del acto ha sido la emocionante Nadala del Desert, una de las piezas que componen el retablo navideño El Betlem de la Pigà, que con letra de Miquel Peris, se representa todos los años en los días previos a la Navidad.



El canto coral, o la música en general, son una de las manifestaciones más antiguas de la actividad humana y tuvieron en la Antigüedad Clásica un gran cultivo. Hablar de la música en la Antigua Grecia, por ejemplo, nos llevaría años. La importancia que la música tuvo entre los antiguos griegos es bien conocida. La práctica musical, unida a la poesía y al teatro ocupó un lugar privilegiado en la vida ciudadana, al menos en la época clásica, y el reconocimiento de su poder afectivo y ético hizo que fuera considerada como una actividad prioritaria para la educación de los niños.
Una bonita reflexión sobre la música la hace Arístides Quintiliano en su obra Sobre la música.
De dicha obra citamos algunos pasajes en la traducción de Luis Colomer y Begoña Gil, en la edición de Gredos:

Únicamente el arte mencionado antes, la música, se extiende por toda materia, por así decir, y atraviesa todo tiempo: ordena el alma con las bellezas de la armonía y conforma el cuerpo con ritmos convenientes; y es adecuada para los niños por los bines que se derivan de la melodía, pra los que vanzan en edad por transmitir las bellezas de la dicción métrica y, en una palabra, del discurso entero, y para los mayores porque explica la naturaleza de los números y la complejidad de las proporciones, porque revela las armonías que mediante estas proporciones existen en todos los cuerpos y, lo que en verdad es más importante y más definitivo, porque tiene la capacidad de suministrar las razones de lo que es más difícil de comprender a todos los hombres, el alma, tanto del alma individual, como del alma del universo (I, 2, 9-10)
Eficacia de la música
Las causas de la eficacia de la música son evidentes. Nuestro primer aprendizaje se produce por medio de semejanzas, que descubrimos atendiendo a los sentidos. Sin duda, la pintura y el arte plástico educan sólo mediante la vista y, sin embargo, estimulan el alma y la conmueven; ¿cómo, pues, no la iba a cautivar la música que hace la imitación no por medio de un solo sentido sino de más? (II, 4, 56, 9-10)
Omnipresencia de la música en la vida social
Verdaderamente, no hay acción entre los hombres que se realice sin música. Los himnos divinos y las ofrendas son ordenados con música; las fiestas privadas y las festividades públicas de las ciudades son magnificadas con ella;los combates y las marchas se inician y se detienen mediante música. También hace menos penosas las navegaciones y el remar, y los más pesados trabajos artesanos, produciendo un alivio en las fatigas. (II, 4, 57, 20).
Conclusión
Por consiguiente, que hemos de educar a los jóvenes con música y que nosotros mismos debemos dedicarnos a ella durante toda la vida siempre que nos fuera posible, es algo que nadie, pienso yo, puede negar. (II, 6, 65, 20).
Sirva pues también esta referencia nuestra al acto hoy celebrado en Castellón como homenaje al canto coral valenciano y a Matilde Salvador Segarra.

¿Quién dijo Omnia mea mecum porto?

En nuestra primera intervención en este mundo de la blogosfera explicamos la justificación del nombre de nuestro blog. En aquella ocasión atribuimos la frase a Bías de Priene, pues seguíamos la versión de Cicerón. Otro autor que atribuye esa acertada frase al sabio griego es Valerio Máximo (Facta et dicta memorabilia, 7, 2, ext.3) que se expresa en estos términos
Bias autem, cum patriam eius Prienen hostes inuasissent, omnibus, quos modo saeuitia belli incolumes abire passa fuerat, pretiosarum rerum pondere onustis fugientibus interrogatus quid ita nihil ex bonis suis secum ferret 'ego uero' inquit 'bona mea mecum porto': pectore enim illa gestabat, non humeris, nec oculis uisenda, sed aestimanda animo.

En cambio, el cordobés Séneca atribuye la frase al filósofo Estilpón de Megara. Lo hace en las Epístolas morales a Lucilio, I, 9, 18. Este es el texto:

Nihilominus cum sit amicorum amantissimus, cum illos sibi comparet, saepe praeferat, omne intra se bonum terminabit et dicet quod Stilbon ille dixit, Stilbon quem Epicuri epistula insequitur. Hic enim capta patria, amissis liberis, amissa uxore, cum ex incendio publico solus et tamen beatus exiret, interroganti Demetrio, cui cognomen ab exitio urbium Poliorcetes fuit, num quid perdidisset, 'omnia' inquit 'bona mea mecum sunt'. Ecce vir fortis ac strenuus! ipsam hostis sui victoriam vicit. 'Nihil' inquit 'perdidi': dubitare illum coegit an vicisset.
'Omnia mea mecum sunt': iustitia, virtus, prudentia, hoc ipsum, nihil bonum putare quod eripi possit. Miramur animalia quaedam quae per medios ignes sine noxa corporum transeunt: quanto hic mirabilior vir qui per ferrum et ruinas et ignes inlaesus et indemnis evasit! Vides quanto facilius sit totam gentem quam unum virum vincere? Haec vox illi communis est cum Stoico: aeque et hic intacta bona per concrematas urbes fert; se enim ipse contentus est; hoc felicitatem suam fine designat.

La anécdota es narrada por Diógenes Laercio (Vita philosophorum I, 115, 1-10):

ὅτε καὶ βουλομένῳ παρ'αὐτοῦ τῶν ἀπολωλότων ἀναγραφὴν λαβεῖν ἔφη μηδὲν τῶν οἰκείων ἀπολωλεκέναι. παιδείαν γὰρ μηδένα ἐξενηνοχέναι, τὸν τε λόγον ἔχειν καὶ τὴν ἐπιστήμην.
Estando la ciudad de Megara, patria de Estilpón sometida, sus hijos perdidos, perdida su esposa, mientras escapaba del incendio total solo y, pese a todo, feliz, Demetrio, llamado Poliorcetes por sus asedios a las ciudades, le preguntaba si había perdido alguna cosa, a lo cual respondió "que no había perdido nada de lo personal, ya que nadie queda desprovisto de su educación (paideía), pues conserva su razón (lógos) y su saber (epistéme).

De Séneca hemos tomado un fragmento que sirve de pie de página a este blog. Consideramos que es un texto muy bello. Ésta es la traducción:

Si algún día desde el cieno de la tierra llegamos a aquella altura sublime y excelsa, nos aguardan la tranquilidad del alma y, disipado todo error, la plena libertad. ¿Quieres saber lo que ésta supone? No temer a los hombres, ni a los dioses; no codiciar ni lo deshonesto, ni lo excesivo; poseer el máximo dominio de sí mismo. Es un bien inestimable llegar a la propia posesión.

La traducción se debe a Don Ismael Roca Meliá, del qual me precio (¡qué tiempos aquéllos!) haber sido alumno.


Viene también a sumarse a esta controversia en la adjudicación de nuestra cita el Marqués de Santillana en sus



PROVERBIOS DE GLORIOSA DOTRINA E FRUCTUOSA ENSENAÑÇA



dentro del
COMIENÇA EL PROLOGO.

y, a su vez, en el
PROHEMIO DEL MARQUES ALCONDE DE ALVA

V. ... Testifica asy mesmo Valerio que dimitidas e dexadas las armas por este Bias, tanto se dio a esta sçiencia que todas otras cosas aborresçio, e las ovo asy como en odio: por tal que, non sin cabsa, uno de los siete sabios fue llamado e uno asy mesmo d'aquellos que, renunciada la tabla o mesa de oro, la offresçieron con grand liberalidat al oraculo d'Apolo. Deste Bias asy mesmo se cuenta, que como aquella mesma çibdat agora por los megarensas, agora por otros enemigos se tomasse e posiesse a robo, todos aquellos que podieron escapar de las hostiles manos, cargando las cosas suyas de mayor presçio, fuyeron con ellas: e como el solo con grand reposo passeasse por los exidos* de la çibdat, fingese que la Fortuna le vino al encuentro e como le preguntasse como el non seguia la opinion de los otros vecinos de Ypremen, este fue el que respondio: Omnia mea bona mecum porto; que quiere decir: todos los bienes mios conmigos los llevo. Dicen otros, de los quales Seneca es uno, que este fue Estilbon; pero digan lo que les plaçera, e sea qualquiera, tanto que sea; ca de los nombres vana e sin provecho es la disputa; e en conclusion este sera el nuestro thema.
Aún nos queda una fuente que atribuye la frase a otro personaje. La fuente es el fabulista Fedro (Fábulas IV, 23, 14) y el personaje a quien se le atribuye es el poeta Simónides de Ceos. Éste es el texto:

Homo doctus in se semper divitias habet. Simonides, qui scripsit egregium melos, quo paupertatem sustineret facilius, circum ire coepit urbes Asiae nobiles, mercede accepta laudem victorum canens. Hoc genere quaestus postquam locuples factus est, redire in patriam voluit cursu pelagio; erat autem, ut aiunt, natus in Cia insula: ascendit navem, quam tempestas horrida simul et vetustas medio dissolvit mari.
Hi zonas, illi res pretiosas colligunt, subsidium vitae. Quidam curiosior: "Simonide, tu ex opibus nil sumis tuis?" "Mecum" inquit "mea sunt cuncta". Tunc pauci enatant, quia plures onere degravati perierant. Praedones adsunt, rapiunt, quod quisque extulit, nudos relinquunt. Forte Clazomenae prope antiqua fuit urbs, quam petierunt naufragi. Hic litterarum quidam studio deditus, Simonidis qui saepe versus legerat eratque absentis admirator maximus, sermone ab ipso cognitum cupidissime ad se recepit; veste, nummis, familia hominem exornavit. Ceteri tabulam suam portant rogantes victum. Quos casu obvios Simonides ut vidit: "Dixi, inquit, mea mecum esse cuncta; vos quod rapuistis perit".
Dejamos aquí este repaso a las fuentes que han tratado la máxima que da nombre a nuestro blog. Se deba a un sabio, a un filósofo o a un poeta, lo cierto es que se adapta muy bien a nuestra manera de pensar.
Finalizo destacando las palabras que Diógenes Laercio pone en boca de Estilpón. Son tres palabras clave; ellas resumen el omnia mea del nombre de nuestro blog. Aquí trataremos de trabajr en torno a ellas y todo aquello con lo que se relacionan. Las recuerdo:
παιδεία --> educación
λόγος --> razón
ἐπιστήμη --> saber.

sábado, 28 de octubre de 2006

Recién llegado a este mundo desconocido


Estas son mis primeras letras en mi blog. ¡Dios mío! ya tengo blog, ya soy alguien. Mis primeras letras tienen doble objetivo, la justificación y el agradecimiento. Este último dedicado a mi maestra en esto del blog, Ana, que casi me ha obligado a abrir un blog. Espero poder darle continuidad.

La justificación, el nombre. Leemos en Cicerón, Paradoxa Stoicorum, I, 8:

neque ego umquam bona perdidisse dicam, si quis pecus aut supellectilem amiserit, nec non saepe laudabo sapientem illum, Biantem, ut opinor, qui numeratur in septem; cuius quom patriam Prienam cepisset hostis ceterique ita fugerent, ut multa de suis rebus asportarent, cum esset admonitus a quodam, ut idem ipse faceret, 'Ego vero', inquit, 'facio; nam omnia mecum porto mea.

y yo nunca diré que he perdido mis bienes si es que pierdo ganado o ajuar, y no dejaré de alabar a menudo a aquél que se llamaba Bías, según pienso, que se cuenta entre lo siete sabios de Grecia; cuando los enemigos habían conquistado su patria, Priene, y los demás huían de ella de tal manera que llevaban consigo gran parte de sus pertenencias, alguno le llamó la atención, para que hiciera él lo mismo que los demás. Él contestó: "Eso es lo que hago, pues llevo conmigo todas mis cosas".

Particularmente, creo que es una frase que casa muy bien con mi manera de ver las cosas y la vida. Al final, todos descubrimos que lo realmente importante es lo que hay en nuestro interior: nuestra personalidad, nuestras virtudes, nuestros defectos también, nuestra experiencia, nuestra formación, nuestro bagaje cultural, nuestro mundo trascendente, y no tanto nuestro aspecto exterior o nuestros bienes materiales. Gran lección la que nos da Bias de Priene.
Por eso, quiero que este blog sirva para sacar a la luz algo de mi interior, algo de ese omnia mea al que se refería Bias para que otras personas puedan conocerlo y hacerme partícipe de sus opiniones y aportaciones.