domingo, 14 de septiembre de 2008

Ganimedes, el elegido de Zeus ( y V)

El verano, con su merecido y esperado descanso, y asuntos profesionales nos han impedido publicar la serie de Ganimedes con la cadencia deseada. Así, hoy, quince días después del anterior publicamos el último capítulo de la serie.


El motivo de la serie era un poema de Johann Wolfgang Goethe que, hasta hoy, no hemos ofrecido. El poema, que nos ha servido para hacer un breve etudio del mítico personaje y su presencia en la literatura griega y romana y en algún otro autor posterior, es el siguiente:


Wie im Morgenglanze
Du rings mich anglühst,
Frühling, Geliebter!
Mit tausendfacher Liebeswonne
Sich an mein Herz drängt
Deiner ewigen Wärme
Heilig Gefühl,
Unendliche Schöne!
Daß ich dich fassen möcht
In diesen Arm!
Ach, an deinem Busen
Lieg ich, schmachte,
Und deine Blumen, dein Gras
Drängen sich an mein Herz.
Du kühlst den brennenden
Durst meines Busens,
Lieblicher Morgenwind!
Ruft drein die Nachtigall
Liebend nach mir aus dem Nebeltal.
Ich komm, ich komme!
Wohin? Ach, wohin?
Hinauf! Hinauf strebts.
Es schweben die Wolken
Abwärts, die Wolken
Neigen sich der sehnenden Liebe.
Mir! Mir!
In euerm SchoßeAufwärts!
Umfangend umfangen!
Aufwärts an deinen Busen,
Alliebender Vater!


La lectura en alemán del poema se puede escuchar aquí.
La traducción de Guillermo Valencia es ésta:


En tu luz matinal como me envuelves,
¡oh primavera amada!
Con todas las delicias del amor,
entra en mi pecho
tu sacro ardor de eterna llamarada;
¡oh infinita Belleza:
si pudiese estrecharte entre mis brazos!
Recostado en tu pecho languidece
mi corazón; de musgos y de flores
dulcemente oprimido, desfallece.
Tú apaciguas mi sed abrasadora,
¡oh brisa matinal y acariciante!
mientras el ruiseñor enamorado
me llama entre la niebla vacilante.
Ya voy, ya voy, y
¿adónde? ¡Ay! ¿Adónde?
Hacia arriba, ¡siempre arriba!
Flotan, flotan las nubes o descienden
y abren paso al amor de ímpetu fiero.
A mí hacia mí, contra tu ser, ¡arriba!
¡En abrazo sin par, arriba, arriba!
Contra tu corazón, ¡oh dulce padre,
oh inmenso padre del amor fecundo!

Este poema de Goethe fue musicado por Schubert con el número de opus D.544. En otras ocasiones hemos hablado de Lieder de Schubert sobre personajes mitológicos.

El Lied se puede escuchar en voz de tenor, Ian Bostridge, aquí o en voz de soprano, Barbara Bonney, aquí.


En esta página hay una muy buena información sobre el poema. Podemos obtener el poema en alemán e inglés y escucharlo.

Clicando sobre Now read the discussion, se puede leer, en inglés, una interesante información sobre el Lied que a continuación ofrecemos traducida (hacemos la acostumbrada observación sobre la deficiencia de nuestro inglés):
Quizás la semejanza más obvia respecto a ‘Prometeo’ es que el poema está escrito en primera persona. Los dos poemas/canciones son expresiones de sentimientos personales. Pero a diferencia de Prometeo, quien está furioso contra los dioses debido a acontecimientos pasados, Ganímedes expresa sus sentimientos mientras está ocurriendo el acontecimiento más importante de su vida. En este sentido, él tiene más en común con “Margarita a la rueca” (aunque incluso ella describa sus sentimientos sobre lo que ha pasado ya).
Otro rasgo que comparten 'Ganímedes' y 'Prometeo' es que la música, como los poemas, es muy libre. Sobre 'Prometeo' escribí que la adaptación de Schubert no tiene ninguna estructura formal obvia y que esto tiene el carácter de un drama psicológico, enfatizando la fuerza emocional de cada parte del poema como ocurre. Lo mismo es aplicable a 'Ganímedes'.

Como en varias de las canciones de las que hemos hablado, Schubert ha sido bastante libre en el ritmo de 'Ganímedes', dividiendo los versos de Goethe donde son continuos, y continuándolos donde están divididos. Las ocho primeras líneas son continuas, como en Goethe, y Schubert enfatiza el efecto de 'Unendliche Schone’ (‘belleza Infinita’) alargando la frase, dando varias notas a una sílaba por primera vez en la canción. En el poema, las dos siguientes líneas (‘Dass ich dich …’) están solas, separadas de lo que sigue.
Pero Schubert no hace caso de esto, continuando directamente durante cuatro líneas hasta una pausa en ‘Lieg ich, schmachte’. Entonces él introduce una pausa después de otros dos versos (’… un mein Herz’), otra pausa tres líneas más tarde (después de ‘… Morgenwind’), y otra, coincidiendo con el final del verso de Goethe, en ‘… aus dem Nebeltal’. Schubert ha usado estas pausas en la línea vocal para enfatizar el sentido de la calma extática en el poema, como si Ganímedes mirara a su alrededor, apreciando o respirando todo. Hay un encantador toque ingenuo justo antes de la mención del ruiseñor, donde, durante la pausa que Schubert ha introducido en la línea vocal, el piano ejecuta trinos para sugerir el canto del pájaro.
Desde 'Ich komm …’ el carácter de la parte del piano cambia: el ritmo se hace insistente y staccato, y Schubert da la indicación ‘un poco accelerando’ (‘acelerando ligeramente’). Hay un sentido distinto de 'somos lejos’. La canción continua, alcanzando dos puntos culminantes. El segundo punto culminante es conseguido repitiendo las siete últimas líneas y media del poema, y luego repitiendo otra vez el grito final de 'Alliebender Vater! ¡’ (‘Padre amante de todas las cosas!’).
Esta repetición se toma libertades sin duda respecto al poema, pero el carácter cambiante de la música es, se podría discutir, simplemente una respuesta a lo que está ya en el verso, cuando las líneas y las frases se hacen más cortas y más insistentes hacia el final del poema.
Como en varias de las canciones que hemos estudiado, es el piano el que pone el tono o humor, el paso y el ritmo cuando los acontecimientos se despliegan, con la voz, por así decir, flotando sobre la parte de piano – casi como si la voz fuera 'el acompañamiento', como en ‘Margarita a la rueca’. Una diferencia grande entre ‘Ganímedes’ y 'Prometeo' es que, mientras 'Prometeo' cae en distintas y contrastadas secciones, 'Ganímedes' no lo hace.
Todo fluye suavemente, e incluso cuando la voz calla, el piano sigue. Esto ayuda a dar la impresión de acontecimientos que se desarrollan y que no están bajo el control de Ganimedes – el piano, como Zeus, lo barre.
Como en ‘Prometeo’ y 'Margarita a la rueca', no se nos cuenta la historia en el poema. ¿Es como si el poeta y el compositor hubieran pensado ‘Qué le gustaría ser a Ganímedes/Prometeo/Margarita en esta situación?’, y han procurado comunicarlo directamente, asumiendo que el auditorio sabría las historias de las que estos personajes vienen (y Goethe y Schubert podrían asumir que había un poco de conocimiento de mitos clásicos en los círculos cultos a quienes su trabajo estaba principalmente dirigido).
Es muy diferente de la narrativa de 'Erlkönig’, en el que la canción cuenta la historia entera, así como la expresión de los sentimientos de los personajes.
Schubert termina la canción con seis compases del piano, elevándose más alto y más alto, pianissimo. Como la canción del ruiseñor antes, esto tiene un efecto que es a la vez poderoso e ingenuo: expresa un fuerte sentido del misterio y al tiempo nos sugiere a Ganímedes desapareciendo físicamente en el cielo.
Más que en cualquiera de las otras canciones de las que hemos hablado, yo diría que, hacia el final de 'Ganímedes', tenemos el sentido de haber viajado un largo camino desde el comienzo de la canción. Hay una razón musical particular para ello: como en ‘Prometeo’, la canción se termina en una clave diferente del principio.
Comienza en un La bemol mayor y termina en Fa mayor. Durante la canción, la música progresa a través de una variedad de claves tan gradualmente que el oyente no necesariamente es consciente de cuán lejos de la clave original se ha viajado. Pero si repites el principio de la canción inmediatamente después de escuchar el final, oirás el contraste entre el Fa mayor del final y el La bemol mayor del principio.

1 comentario:

Dandelion Verlag dijo...

Muy buen post! Creo que, al menos para "Ganymed", debería haber una referencia al lied de Hugo Wolf, que a mi entender es cumbre la música para canto y hasta me animaría a decir por mucho superior a la de Schubert. Te puedo enviar una grabación. Saludos muy buen blog!