domingo, 24 de junio de 2007

Delfines en selectividad (I)



Aunque ya han pasado algunos días desde que se celebró el examen de Latín II en las PAAU (Pruebas de Acceso a la Universidad) del Sistema Universitario Valenciano y ya se conocen los resultados de la misma, es ahora cuando puedo publicar este artículo que tiene como pretexto ese examen.
No quiero comentar nada acerca del vocabulario que se ofreció a los alumnos que, más que ayudar a la traducción correcta, ayudó a confundir a los alumnos llevándolos a traducciones erróneas, derivadas de los significados de ciertas palabras del texto del ejercicio A, un fragmento de la Guerra de las Galias de Julio César, que, además, en la versión en valenciano omitía la primera palabra (el nombre propio Caesar) del texto en la versión castellana. Otros lo han hecho en este blog, y también en este otro lugar.
Me voy a fijar en el texto de la segunda opción.
A decir de los especialistas en latín, el ejercicio B sorprendió por el autor del cual se tomó el texto, Plinio el Viejo, rara avis en este tipo de exámenes, y la obra, su Historia Natural.
El texto era una fusión de los capítulos 20 y 24 del libro IX de la Historia Natural, ambos referidos al delfín, en concreto a la especie delphinus delphis, que habita en el Mediterráneo y cuyo tamaño oscila entre los 2’5 y los 4 metros de longitud. Éstos son los fragmentos:
20. Velocissimum omnium animalium, non solum marinorum, est delphinus, ocior volucre, acrior telo, ac nisi multum infra rostrum os illi foret medio paene in ventre, nullus piscium celeritatem eius evaderet. (…) 24. Delphinus non homini tantum amicum animal, verum et musicae arti, mulcetur symphoniae cantu, set praecipue hydrauli sono.
Y esto lo que apareció en el examen de las PAAU:
Velocissimus omnium animalium, non solum marinorum, est delphinus, ocior volucre, acrior telo, ac, nisi multum infra rostrum os illi esset medio paene in ventre, nullus piscium celeritatem eius evaderet. (…). Delphinus non homini tantum amicus est, verum et musicae arti.
Como se puede observar el texto de selectividad presenta la lectura velocissimus, por velocissimum, esset, en lugar de foret y tantum amicus est, frente a tantum amicum animal. Otro aspecto importante es que cortar la frase verum et musicae arti, añadiendo un punto, que no está en el texto original, si además previamente hemos cambiado tantum amicum animal por tantum amicus est, hace que la traducción que se deba hacer sea: “el delfín no es sólo amigo del ser humano, sino también del arte de la música”. Obsérvese más adelante que la traducción del fragmento completo es muy distinta. Destacamos en negrita la frase en cuestión.
La traducción del fragmento que hace Josefa Cantó, en Cátedra Letras Universales es ésta:
“El delfín es el más veloz de todos los animales, no sólo de los marinos; es más rápido que un pájaro, más agudo que un dardo y si no tuviese la boca mucho más abajo que el hocico, casi en mitad del vientre, ningún pez escaparía a su rapidez. El delfín no es sólo un animal amigo del hombre, sino que además se amansa con la música, (con el canto armónico y sobre todo con el sonido del órgano hidráulico).
El texto presentaba por encabezamiento CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN AL DELFÍN. No soy experto en lengua castellana, pero quedaría mejor sencillamente CARACTERÍSTICAS DEL DELFÍN.
Debajo de este encabezamiento, cuya misión suponemos que era situar al alumno, se decía:
Plinio el viejo (sic) describe las características del delfín (aquí sí que está bien, ¿por qué no lo pusieron así en el encabezamiento?) y algunas de las razones por las que apreciarlo (esta expresión chirría también; ¿por qué no “razones para apreciarlo” o “razones por las que se le aprecia”?).
Después del texto, y a modo de subtítulo, hay una indicación totalmente superflua y fuera de lugar, que alude a otras informaciones que Plinio el Viejo da sobre le delfín en el capítulo 21. Se dice:
Incluye en su descripción que poseen mamas, que viven en pareja y se preocupan por sus crías; que disponen de una voz peculiar.
¿Y qué? ¿Por qué no se dice que Plinio da otras muchas informaciones sobre el simpático cetáceo? ¿A qué viene este comentario? Además puede llevar a la confusión a los alumnos, que pueden creer que esas informaciones están en el texto del examen y no, como es lo cierto, en los capítulos que siguen al ofrecido en el examen.
Bien no quiero seguir comentando nada de este texto que, en cambio, nos ha dado pie para un artículo sobre la presencia del delfín en algunos autores clásicos.

Empezaremos por el nombre del animal (δελφίς). Está emparentado con los términos δελφύς (útero) y ἀδελφός (hermano, es decir, “que ha compartido el mismo útero”, “nacido del mismo seno materno”; formado por el prefijo copulativo ἀ- y la palabra “útero” ya comentada).
La Suda en la entrada 211 de la letra delta dice:
δελφύς: μήτρα. ἔνθεν ἀδελφός. ὁ ἐκ τῆς αὐτῆς μήτρας.
Útero: matriz. De donde “hermano”. El de la misma matriz.
También está relacionado con δέλφαξ (cerda, puerca), con presencia de un sufijo de carácter popular -αξ, presente también en κόραξ (cuervo) y σκύλαξ (cachorro de perro). Chantraine dice que poseía una labio velar inicial, según se desprende del eolio βέλφιν, con retrotracción del acento; el sufijo es muy raro. El animal sería llamado por su forma. Podría ser una especie de apodo: el “cerdo” del mar (le “goret” de la mer, dice Chantraine).
Hemos de decir que hay más de 30 especies de delfines. Nosotros nos referiremos siempre al delfín común. El nombre científico del delfín común es Delphinus delphis. Como en otros animales, el nombre científico consiste en el nombre latino del animal, seguido del nombre griego, transliterado y latinizado. Esto ocurre también con el cuervo (Corvus corax, de κόραξ) ο el ciervo (Cervus elaphus, de ἔλαφος).
Como nuestra pretensión no es científica, ni zoológica, pasamos directamente a un breve recorrido por la presencia del delfín en los textos clásicos griegos y latinos.
Y comenzamos por el texto que ha dado pie a este artículo. Se trata de los capítulos 20 a 33 del Libro IX de la Historia Natural de Plinio el Viejo. Para el texto latino remitimos a este lugar.
La traducción que ofrecemos es la de los capítulos 20 a 24. De los restantes capítulos nos ocuparemos en una próxima entrada, ya que se trata de anécdotas referidas a delfines, que dejamos para más adelante. La traducción ofrecida es siempre la de Josefa Cantó en Cátedra Letras Universales:
20. El delfín es el más veloz de todos los animales, no sólo de los marinos; es más rápido que un pájaro, más agudo que un dardo y si no tuviese la boca mucho más abajo que el hocico, casi en mitad del vientre, ningún pez escaparía a su rapidez. Pero la naturaleza, previsora, los hace retardarse, porque a no ser boca arriba, en posición invertida, no capturan nada; esto da indicios de su velocidad. Cuando, empujados por el hambre, persiguen un pez que huye hacia las profundidades y retienen mucho tiempo la respiración, surgen de repente en forma de aire como una flecha impulsada por un arco y saltan con tanta fuerza que muchas veces sobrepasan en altura las velas de los barcos. 21. Generalmente van en parejas; paren cachorros al décimo mes, en verano, a veces incluso dos. Los alimentan a sus pechos, como las ballenas, e incluso transportan a las crías recién nacidas y aún débiles; es más, las acompañan largo tiempo cuando son ya adultas, mostrando gran afecto por su descendencia. 22. Crecen rápidamente; se cree que hacia los diez años han alcanzado su desarrollo completo. Viven hasta los treinta años; se sabe gracias al experimento de marcarles la cola con un corte. Desaparecen durante treinta días en torno a la salida del Perro (primeros de agosto) y se ocultan por un procedimiento desconocido; es una cosa asombrosa, porque en el agua no pueden respirar. Suelen embarrancar en la costa por razones inciertas, pero no mueren inmediatamente al tocar la tierra; la muerte es más rápida si tienen el conducto respiratorio cerrado. 23. Tienen la lengua móvil, a diferencia de otros animales acuáticos, corta y ancha, no diferente de la de un cerdo. El gemido es semejante a la voz humana, el lomo arqueado, el hocico chato. Por esta razón todos los delfines comprenden el nombre de “Simón” y prefieren que les llamen así (simus significa “chato”, puesto que el hocico plano era uno de sus rasgos más relevantes).
24. El delfín no es sólo un animal amigo del hombre, sino que además se amansa con la música, con el canto armónico y sobre todo con el sonido del órgano hidráulico. No se asusta del hombre como de un extraño, sino que sale al encuentro de las naves, juega dando saltos, incluso compite con ellas en velocidad y las deja atrás aunque vayan a toda vela.
Hasta aquí nuestra primera entrega sobre la presencia del delfín en la literatura griega y romana clásicas, a propósito de un texto latino en selectividad. En posteriores artículos ofreceremos un acercamiento, no exhaustivo a otros textos y autores.

3 comentarios:

Ana Ovando dijo...

Habría mucho de que hablar sobre las P.A.U. Te felicito por tu análisis de la prueba de latín, aunque espero con mayor interés tus apreciaciones sobre la de griego. ¿Llegarán?

Sobre los delfines sólo recuerdo anécdotas entrañables. ¿Es correcta esa apreciación? ¿Son considerados desde siempre animales amables? Imagino que la respuesta vendrá en próximos artículos, así que esperaré tus palabras siempre esclarecedoras.

Anónimo dijo...

Estoy con Ana, muy buen análisis sobre la opción B del examen de latín. Yo escogí la A, y por tanto, no me fijé mucho en esta segunda opción. Ya tuve bastante con las naves que amaban perdidamente.

Creo que a los que pusieron el examen deberían darles un tirón de orejas, porque metieron la pata unas cuantas veces. A ver si el año que viene es esfuerzan un poco más.

bías dijo...

Muchas gracias, Ana y Blai, por vuestros comentarios respecto a mi ¿análisis? de la prueba de latín.
Como dice Blai, a los que ponen el examen de latín se les podría pedir mayor concentración a la hora de establecer los textos, los comentarios, el vocabulario y la traducción de ese vocabulario.
Respecto a las preguntas de Ana, le contesto en este comentario a la primera, porque no pienso dedicar un espacio en mi blog para comentar el examen de griego. Así que aprovecho su comentario, para responder con mis apreciaciones sobre ese examen.
La opción A tenía 33 palabras (de ellas 11 monosílabos).
El texto no presenta excesivas complicaciones sintácticas (salvando el ya manido asunto de la descompensación existente en la asignatura de griego, en la que se pasa de un primer curso iniciado por el alfabeto, es decir, se parte de cero, a un segundo curso en el que, de entrada, se debe traducir la obra, escrita para gente de habla griega, de algún autor, generalmente representante de la prosa ática del siglo V o IV).
Un comparativo, una oración subordinada sustantiva de sujeto dependiente de un verbo en voz medio-pasiva y una interrogativa indirecta.
Para mi gusto, el encabezamiento que, tradicionalmente, se aporta para centrar la traducción es demasiado largo.
En las notas se traduce el comparativo μείζω como "palabras más graves o trascendentes", que tiene de positivo que traduce el neutro plural acompañado de un sustantivo no existente, pero que se puede desprender del verbo. Siempre queda mejor eso que no "mayores cosas", aunque aquí tampoco esto último queda mal.
La seguna nota no me gusta:
ὁ θεὸς ἐν χρησμοῖς, es decir, Apolo délfico.
Algunos traductores y también yo, preferimos traducir: "mayores cosas (cosas más grandes) dijo el dios en sus oráculos...", lo que supone un análisis distinto de ὁ θεὸς ἐν χρησμοῖς.
Otra nota, λέγεται, sin sujeto (se explica, se dice) entonces ¿qué función realiza la oración subordinada?
La última nota que aclara quién es el sujeto del infinitvo προσειπεῖν está muy bien puesta, porque el alumno puede tomar al anafórico αὐτόν por sujeto, cuando es el objeto del verbo ¿o no?
Me inclino más por pensar que el anafórico es el sujeto del infinitivo (y está por Apolo) y el objeto, omitido, es Licurgo, en acusativo, con el que concierta el participio εἰσιόντα.
El análisis morfológico me parece sencillo y el sintáctico también.
La etimología es un regalo, la verdad, aunque el fragmento elegido no permitía otra elección.
La pregunta del apartado cultural responde a uno de los temas. Ninguna objeción.
La opción B es más breve, 23 palabras (de ellas 4 monosílabos).
El encabezamiento "situador", breve y muy claro. Me gusta mucho.
La sintaxis más sencilla que en la opción A. Dos aposiciones a dos nombres propios, aunque la primera es más bien un participio atributivo sustantivado, y un genitivo, segundo término de una comparación.
En las notas sobra la palabra "himnos" en la traducción de παρέχεται; éste es el CD de dicho verbo.
Me gustan las preguntas de morfosintaxis: análisis de participios y de quién depende el genitivo segundo término.
En etimología, hubiera preferido πολύ y αὐτόν que, además, están en el texto.
La pregunta de cultura, correctísima.
Espero haber satisfecho el interés de Ana (perdón por el rollo, amiga), aunque son apreciaciones a vuela pluma.
Sobre los delfines, permanece atenta a los próximas entregas de mi blog, aunque tampoco esperes grandes cosas. Ya que tengo una asidua lectora, hay que conseguir que su interés se mantenga en el tiempo. Así que sigue leyendo.
Gracias